#16 Yonqui de William S. Burroughs
Atención: A continuación se revelan partes de la trama del libro.
¿Por qué este libro? Por la brevedad de la novela (menos de 150 páginas) y por su relevancia dentro de la llamada generación beat.
¿Qué tal la novela? Se trata de una autobiografía de las propias experiencias del autor con las drogas, principalmente morfina y heroína, desde finales de la Segunda Guerra Mundial.
El autor relata como se introdujo en el mundo de las drogas casi de forma casual y partir de ahí, hace un relato sobre el marginal mundillo de la droga en Nueva York, Nueva Orleans y mas tarde en México DF. Es muy interesante porque Burroughs pasa por multitud de estados relacionados con la droga, los inicios de la adicción, el cuelgue total, la desintoxicación, las recaídas etc. Además de otros aspectos como la relación con otros yonquis, el trapicheo, los problemas con la policía y la justicia.
No tiene ningún desperdicio. Más que una novela es un manual, o una advertencia. No hace apología de la droga, pero tampoco la demoniza. Se limita a explicar las circunstancias y sus motivos, o la falta de ellos que le llevaron a ser un yonqui. Es una radiografía exacta de una realidad muy poco visible de la época.
Me parece muy interesante como a lo largo del libro va hablando sobre las compañías, quién es de fiar, quién es un soplón, los distintos tipos de yonquis, los intereses, la lealtad, la escasez… Durante gran parte del libro explica como se las ingeniaba para conseguir el suministro continuado de droga. Habla de como fue carterista, de las continuas visitas a todo tipo de médicos para conseguir recetas, las visitas a las farmacias. Cuenta como siendo camello, apenas ganaban para mantener el hábito, esto me choca porque va contra lo que uno puede pensar. Es curioso como cuando en una de sus desintoxicaciones, se engancha al alcohol, y como este nuevo habito, es mas dañino que la droga. Es curioso porque los efectos de su adicción son tan malos como los de cualquier droga dura.
Casi todas sus reflexiones sobre el tema o lo que rodea al tema, aun a día de hoy siguen siendo acertadas y muy válidas.
La drogadicción no es solo cosa de los 60 con la hierba y el lsd, de los 70 con la heroína o de los 80 con la cocaína. En esta novela Burroughs se adelanta a todo eso, y lo relata al lector. Lo relata porque él ya lo ha vivido. Es sorprendente, porque esta novela se publicó en 1953, una vez más, un escritor que se adelanta a los acontecimientos, a la lacra en la que se convirtió el problema de la droga.
Me gusta el estilo sencillo y directo que utiliza en este libro. Se me ha hecho muy ameno de leer.
Citas: Aquí unos pasajes interesantes.
La droga no es, como el alcohol o la yerba, un medio para incrementar el disfrute de la vida. La droga no es un estimulante. Es un modo de vivir.
Esta me parece una de las definiciones mas acertadas y sencillas de lo que es la droga, simple y llanamente una forma de vida, el fin principal y último de la existencia de un yonqui.
En 1937, la yerba quedó incluida en la Ley Harrison de Narcóticos. Las autoridades afirman que la yerba es una droga adictiva, que su uso es perjudicial para mente y cuerpo, y que hace cometer delitos a quien la usa. Estos son los hechos: la yerba no es adictiva. Uno puede fumar yerba durante años y no experimentará ninguna molestia si de pronto deja de hacerlo. He visto fumetas en la cárcel y ninguno de ellos mostraba síntomas de carencia. Yo mismo he fumado yerba durante quince años y nunca sentí molestias cuando dejaba de hacerlo una temporada. La yerba es menos adictiva que el tabaco. La yerba no daña la salud. De hecho, muchos de los que la fuman aseguran que aumenta el apetito y tonifica el organismo. No conozco ningún otro producto similar que incremente el apetito.
En una ocasión suprimí un hábito de droga con yerba. El segundo día después de dejar de pincharme fui capaz de comer. Por lo general, después de dejar de pincharme soy incapaz de comer durante unos ocho días. La yerba no empuja a nadie a cometer delitos. Jamás he visto que nadie se pusiera agresivo bajo la influencia de la[…]
A lo largo del libro hay varias disertaciones del estilo sobre diferentes drogas. El autor hace claras diferencias entre las drogas duras como la heroína y las blandas como la yerba, de hecho no considera la yerba como una droga. Hay varias cosas erróneas, pero muchas verdades también.
Comprar para un confidente es decididamente poco ético. Por lo general, un hombre que compra para soplones termina convirtiéndose en un soplón
Lo normal es que un yonqui que delate a camellos no compre directamente a los camellos, porque no le van a vender. Por eso el hecho de usar intermediarios. Aquí explica de alguna forma que entre los del mundillo, pese a todo, también hay gente con ética y gente sin ella, los soplones. Este tipo de idiosincrasias de los bajos fondos son ampliamente explicadas, lo que lo hace muy interesante.
es una prueba espiritual observar a alguien cuando se busca la vena
Esperaba encontrar mas frases del estilo, como una oda a la droga, pero lo cierto es que hay pocas frases así. Habla varias veces sobre la forma de pincharse, los lugares del cuerpo para pincharse, los problemas de los yonquis veteranos para pincharse, la búsqueda de venas etc, a esto es a lo que se refiere, es un ritual, una ceremonia.
Las zonas de droga no se reconocen por su aspecto, sino por cómo se sienten, por un proceso semejante al del zahorí que busca y descubre agua subterránea
Me hace gracia el símil, es como si tuviera un radar para buscar la droga. Aunque es fácil de imaginar, a alguien ajeno a la droga le puede pasar desapercibido, pero un yonqui puede reconocer gestos, lugares o personas donde sea.
Para ellos la mandanga sustituye el alcohol de los otros. No tienen necesidad absoluta de fumar en sentido físico, pero les resulta imposible divertirse sin ello.
Es un pensamiento que me llama la atención. El alcohol es lo que toma la mayoría de la gente cuando sale a divertirse, la mayoría de la gente no lo toma por necesidad física, solo para pasarlo bien. Él habla sobre los que usan así la yerba. Al fin y la cabo no deja de ser lo mismo, se busca el mismo fin.
— ¿Por qué siente usted necesidad de tomar drogas, señor Lee?
Cuando se oye esta pregunta se puede estar completamente seguro de que quien la hace no sabe absolutamente nada de drogas.
— Las necesito para salir de la cama por las mañanas, para afeitarme y para tomar el desayuno.
— Quiero decir físicamente.
Me encogí de hombros. Lo mejor sería darle el diagnóstico que quería, para que se fuera:
— Me causa placer.
La droga no causa placer. La cuestión para un adicto es que la droga causa adicción. Nadie sabe lo que es la droga hasta que se siente enfermo por falta de ella.
Una de esas verdades evidentes pero sorprendente al mismo tiempo. Que la droga no causa placer. Además, en esta conversación critica la desinformación o ignorancia de los médicos respecto al uso de drogas
Vocabulario añadido: formón, estraza, tartrato, victrola, elixir paregórico, fenol, Jimmy Durante, dolofina, pantopón, peristaltismo, tillado, uremia, nembutal.