#66 Mi casco por almohada de Robert Leckie
Atención: A continuación se revelan partes de la trama del libro.
¿Por qué este libro? Porque es una de las novelas en las que se basa la serie de televisión de 2010 The Pacific.
¿Qué tal la novela? Leckie nos cuenta su vida como marine, desde el alistamiento tras el ataque de Pearl Harbor, hasta cuando es evacuado en la batalla de Peleliu, pasando por Guadalcanal, Melbourne, Cabo Glouscester o Pavuvu.
Su estilo de escritura me gusta, no es simple pero tampoco rebuscado, y ornamenta el relato de vez en cuando con alguna referencia, idea o palabra que revela gran nivel cultural sin llegar a ser pedante.
El libro me ha gustado aunque no tiene la fuerza de otros relatos bélicos, no se si la falta algo de epicidad, algo de desencanto, algo de crudeza pero si que creo que le falta bastante camaradería. Hace buenos compañeros de armas, pero falta saber más sobre ellos, faltan anécdotas, falta conocer cómo eran, no espero exageraciones como las de Sven Hasel pero seguro que el autor nos podía haber contado más. También me parece que no llega a transmitir del todo el infierno vivido, creo que le falta ahondar en esto. La parte buena de esto es que sirve para distanciarse o diferenciarse de esas novelas antibelicistas que tienen el efecto contrario.
A destacar también el epílogo donde nos cuenta cómo se entera del final de la guerra y hace unas reflexiones muy interesantes sobre el uso de bombas atómicas.
Citas: Algunas citas a destacar.
Nos habíamos despedido de las comodidades en Washington. Algunos empezábamos ya a regodearnos con la dureza del viaje en tren. Esa intangible mística del marine estaba ya de algún modo, incluso entonces, en funcionamiento. Las condiciones eran duras, pero eso era exactamente lo que esperábamos y para lo que nos habíamos enrolado. De eso se trataba: pasarlas canutas. El hombre que peor lo pasaba era el más admirado. Del mismo modo, quien lo tenía más fácil era el menos digno de elogio.
Aquí nos enseña un poco de ese romanticismo de este tipo historias, el sufrimiento para prevalecer y curtirse.
Para cualquiera que no fuera marine, me volví un tipo insufrible.
Me hizo bastante gracia esta frase, ya que previamente explica que por ser marine despreciaba al resto de militares y civiles.
No siempre ni de manera inmediata es entristecedor enterarse de «quién la palmó». Salvo si se tarta de un amigo, resulta difícil sentir una pena profunda y dolorosa por los muertos y, en aquel momento, al oír al teniente pronunciar sus nombres, tuve que obligarme a mostrar un gesto de pesar, a adornar deliberadamente mi corazón negro, como si dijéramos, pues me sorprendió mirar hacia dentro y comprobar que no había ninguna pena allí. En vez de permitirme conocerme a mí mismo como un monstruo (y entonces así lo era), me engañaba voluntariamente fingiendo dolor. Y eso lo hacíamos todos.
Yo creo que este pensamiento es muy humano, al final cuando todos los días te están informando de gente fallecida que igual apenas conoces, te acostumbras o lo que dice Leckie, dejan de importante y tienes que fingir ese pesar. Y la última frase es el remate perfecto, a todos les ocurría lo mismo.
¿Y la película? En 2010 se estrenó The Pacific, serie de 10 episodios basada en parte en esta novela. Esta serie es un intento de hacer un Hermanos de sangre ambientada en el pacífico. El resultado es bastante escaso, la producción es excelente pero ni la historia, ni los protagonista e ni las escenas de acción cumplen las expectativas. Una gran ocasión perdida. Lástima.
A grandes rasgos lo que nos cuenta Leckie se ve en la serie, pero hay muchas cosas que se ven de forma diferente, también entiendo que es una adaptación libre y que se trata más sobre transmitir una idea que ser fiel.
Vocabulario añadido: kunai, ominosa, imprecación, pinocha, genciana, crepé, samovar, ordalía, tedeum, creosota, lotófagos, socaire, atabrina, sentina, trocha.