Pedro
4 min readApr 26, 2020

#78 El increíble hombre menguante de Richard Matheson

Atención: A continuación se revelan partes de la trama del libro.

¿Por qué este libro? Porque Matheson ya me había gustado en Soy leyenda y tenía ganas de leer más cosas suyas.

¿Qué tal la novela? Aquí Matheson nos cuenta la historia de Scott Carey, un tipo normal, padre y marido que por una patología causada por un par de hechos improbables, ve como su tamaño va menguando día a día sin pausa. Por la portada del libro pensaba que el autor se centraría en las aventuras de un hombre que va encogiendo y de su enfrentamiento a diferentes peligros, como la araña. Pero nada más allá de la realidad, esta parte de hecho es la más intrascendental, la parte que más me interesa son los flashbacks del protagonista. En estos flashbacks vamos viendo toda la evolución del personaje, la negación, la ira, la frustración y la aceptación. Esto me ha recordado mucho a Soy leyenda. No puedo evitar compararlas.

Es estupendo el desarrollo y evolución del protagonista, cómo Matheson nos dibuja un Scott totalmente humano y vulnerable. Es un tipo que cae mal por como paga su enfado y frustración con su mujer, pero que al mismo tiempo no puedo dejar de empatizar con él. La trata mal y a veces la desprecia, no se abre a ella, sin embargo ella está ahí siempre para él. Además siempre tiene una actitud negativa. Esto sucede por varios factores, que su enfermedad es incurable y que va perdiendo su hombría y humanidad poco a poco.

La parte de las relaciones con su mujer, la parte de la enana de la feria y la parte de la niñera están todas relacionadas, con la perdida de la hombría y vistas desde diferentes momentos del desarrollo de la historia y de la enfermedad. Este tema está tratado sin ningún complejo. Durante todo el libro es un tratado estupendo de psicología especulativa muy bien llevado, muy realista.

Su enfermedad también hace que sea vulnerable, esto se muestra en los capítulos en los que se monta con un extraño en el coche y la otra cuando es reconocido y abusado por unos adolescentes. En estas situaciones Matheson consigue transmitir una angustia al lector muy real. Son situaciones muy injustas y Scott está indefenso.

La parte del sótano, donde va describiendo toda la odisea para llegar a un sitio u otro se me hace algo pesada, aunque entiendo que lo haga de esta manera para que el lector comprenda el esfuerzo de Scott.

Además es destacable que Matheson se invente una causa para la patología que suene creíble, podía haberlo dejado sin resolver o buscar una causa mucho más simple.

El final es muy adecuado, inesperado. Después de que se nos presente todo el rato un Scott Carey atormentado, que finalmente acepte y abrace su destino con entusiasmo, es toda una revelación.

Un libro muy recomendable, el estilo de Matheson, el protagonista, la originalidad, el final etc., excelente novela.

En la edición que he leído además se incluyen 4 relatos cortos que por supuesto me han gustado, son La prueba, Montage, El repartidor y El diablo sobre ruedas. Me quedo con las ganas de saber las motivaciones del proagonista del relato de El repartidor.

Citas: Algunas ideas sacadas del relato.

-¡Scott, el doctor dijo que podía llevar meses! Ni siquiera les has permitido completar las pruebas. ¿Cómo puedes…?
-¿Qué creían que haría? -estalló-.
¿Permitir que siguieran jugando conmigo? ¡Oh, tú no estabas allí! ¡No tienes ni idea! ¡Eran como niños con un juguete nuevo! ¡Un hombre menguante, joder! ¡Un hombre menguante! ¡Cada vez que me veían, sus jodidos ojos se iluminaban! Lo único que les interesaba era mi «increíble catabolismo».

Un ejemplo de la frustración de Scott y cómo lo paga con su esposa. Otra cosa que me sorprende es el uso de palabrotas.

¿Acaso habían intentado alguna vez abrazar a una mujer con unos brazos que no lograban rodearla? ¿Acaso le habían dicho alguna vez a otro hombre que eran tan buenos como él… y se lo habían dicho mientras miraban la hebilla de su cinturón?

Uno de los aspectos en los que más indaga Matheson es en la hombría de Scott, a lo largo de los capítulos vamos viendo como le es arrebatada y no puede hacer nada, esto es de las cosas que más afectan al protagonista.

Observó sus pies que danzaban en el aire y pegó una patada. Toma esto, aire. Y esto.

Me hizo gracia esta forma infantil combatir el enfado de Scott. Es muy cómico y a la vez humano.

Al menos, el hecho de estar exhausto interrumpía sus pensamientos. En cualquier otro momento habría empezado a pensar en la araña, en el pasado y en cientos de cosas inútiles, pero ahora estaba aquí tumbado, prácticamente inconsciente, y eso era bueno…

De cómo la mente puede ser tu propio peor enemigo.

¿Y la película? La película homónima se estrenó en 1957, dirigida por Jack Arnold y con Grant Williams en el papel de Scott. El guión corrió a cargo del propio Matheson y de Richard Alan Simmons. La película es una adaptación muy ligera, muy resumida, apenas rasca la superficie de lo que nos transmite el libro. Personalmente me decepcionó bastante. Como película está bien, a nivel técnico, los efectos me parecen muy realistas, todo un mérito.

El diablo sobre ruedas también tuvo adaptación al cine, estrenada como Duel en 1971. Fue dirigida por Spielberg y tuvo a Dennis Weaver en el papel protagonista. El guión también fue adaptado por Matheson. Es una buena adaptación aunque le falta ahondar más en los pensamientos del protagonista, podría mostrar mejor su angustia. Un film recomendable.

Vocabulario añadido: fulcro, acromicria, lúnulas.

Pedro
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Written by Pedro

Al infierno en goitibera // 11906

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